Ética y Responsabilidad Juvenil:
Proponen responsabilizar a jóvenes por Delitos Graves

(octubre 2014)


Mi Padre siempre enseñaba: un hombre
debe responder por las maldades que comete.

Tobie Keith: Cerveza para los Caballos

La posición tradicional uruguaya en el tema de imputabilidad juvenil está establecida en el Código Penal de 1889: una inimputabilidad absoluta para menores de 10 años, y relativa para menores de 14 años.

En Europa, los limites eran similares, hasta que fueron levantados a los actuales 18 años, por los gobiernos de Hitler y Mussolini inmediatamente copiados por los imitadores latinoamericanos, como la dictadura de Terra en Uruguay.

Una medida muy tierna para gobiernos particularmente crueles, pero ayuda a entender que los menores infantojuveniles eran usados por las “Barras bravas” de la política del momento, a los que sumaron en tiempos modernos las barras bravas deportivas.

Además de las barras bravas una caterva de delincuentes usa a menores para cometer todo tipo de asaltos, con la consabida advertencia que hay un menor entre nosotros, lo que significa que en caso que haya que usar armas, no habrá que responder penalmente por resultado.

Las principales víctimas son los menores honestos (superan el 98 % de la juventud), que deben tolerar la violencia barrial y escolar patotera de los infantos juveniles y además los despliegues de riqueza, vehículos y mujeres.

Constituyen la primera contacto teórico - práctico con los principios discepoleanos de siglo XX Cambalache, que, como casi todo el mundo sabe, caracterizó el siglo que acaba de cerrar, y que todavía nadie se ha animado a caracterizar el Siglo XXI.


Hay algunas organizaciones internacionales que dicen defender a la infancia y la adolescencia, que, en contradicción con la ciencia sicológica, aconsejan una extensión de período de responsabilidad penal a los 18, con el hipócrita borrado de antecedentes penales, que nada tiene que ver con la minoridad, ya que los borran para eventuales o seguros procesamientos adultos, que le impedirán a los jueces de adultos ver a quién están juzgando.

La única explicación que se encuentra es la lejanía de la realidad que están estos funcionarios, en castillos amurallados de cristal (blindado) con guardias debidamente armados y equipados con intercomunicadores.

La convivencia de jóvenes honestos formados en el respeto e infantojuveniles, viviendo en la irresponsabilidad es algo totalmente inmoral, e impone una carga adicional a las familias normales, tanto mas grave cuanto mas débiles sean desde el punto de vista económico.

Es muy difícil enviar a un jovencito a trabajar o estudiar, cuando hay un vecino conocido que vive opíparamente del producto de su vida ilegal.

Además la exposición del menor irresponsable, deja oculta una cantidad de adultos responsables que sacan ventajas de la situación.

Está explicada la situación de las barras bravas en el deporte (la política está tranquila en estos días en Uruguay), el comercio sexual de menores, el delito común que usa a menores para camuflar la responsabilidad, y una infinidad de etcéteras.

Otro de los temas en que falla la presentación del plebiscito de la imputabilidad juvenil a la ciudadanía, es en dejar bien claro, que la votación del plebiscito es totalmente independiente de la integración del ejecutivo, o el parlamento.

Es decir: se puede votar en blanco, y votar el sí a la baja, y será un voto válido en el plebiscito; también se puede votar por un candidato o candidato que sean contrarios a la baja, y votar en el plebiscito por un sí a la baja; y desde luego también se aplica a candidatos que apoyan el tema de la baja.

Esperamos que la ciudadanía tenga una lucidez, que a veces falta en instancias superiores y se llame a responsabilidad a quienes deben responder por sus acciones y omisiones.

Carlos Aparicio