El Aborto y las Normas (Las Reglas de la Vida)

(junio 2013)


Ante la inminencia de un pronunciamiento ciudadano sobre el tema del aborto, convendría tener presente una obra de arte del cine norteamericano que puede arrojar algo de luz sobre el tema.

No es común un discurso sobre la naturaleza de las normas jurídicas y morales. Menos común es, cuando ese discurso asume la forma de una historia y esa historia es una novela que es llevada exitosamente al cine, en forma clara, y asumiendo una decidida defensa de las teorías subjetivas de los valores, y el relativismo ético o ética de situaciones.

Es el caso de “The Cider House Rules”, traducida al español con mucho acierto como “Las reglas de la Vida”.

La obra cuenta la historia de un orfanato (St. Cloud's) y su director (Dr. Larch), en algún lugar de la Nueva Inglaterra rural: “un lugar donde solo se llega, para agregar un niño a nuestra vida, o dejar a otro fuera de nuestra vida.”

Dr. Larch, dirige el lugar en forma benevolente y es querido ampliamente por sus pupilos y sus funcionarios. Además de ello, el Dr. Larch practica abortos posiblemente en forma ilegal.

Como toda organización que se precie la misma tiene prevista la continuación de su obra, y a tal objeto está destinado un pupilo de la institución (Homero Wells), quien si bien no es médico, ha sido ampliamente adiestrado para la función por su preceptor, quien no tiene ningún problema en falsificar los títulos y un brillante curriculum para su protegido.

La obra es la versión al cine de la novela de John Irving dirigida por Lasse Hallstrom y con la actuación de Tobey Maguire como Homer Wells; Charlize Theron como Candy Kendall; Delroy Lindo como Mr. Rose; Erykah Badu como Rose Rose; Paul Rudd como Wally Worthington y Michael Caine como Dr. Wilbur Larch. (Miramax - 1999 - 129 minutos).

Como suele pasar en estos casos Wells tiene otros planes, que le llevan a alejarse del lugar que le vio nacer. Esto lo logra yéndose con unos clientes de la casa, a lo que sería una granja de manzanas y fábrica rural de sidra donde logra reunirse con un equipo de cosechadores de manzanas.

Los trabajadores viven en un dormitorio común que está presidido por un papel que establece ciertas reglas de convivencia, que le dan el nombre a la película: Las reglas de la casa de la Sidra. El problema que ningún trabajador sabe leer, y cuando alguien le lee las reglas no le dan ninguna importancia, porque las consideran estúpidas, y hechas por gente que no conoce los problemas del trabajo.

En realidad la película no es en absoluto una película sobre el aborto, aún cuando trata el tema desde una perspectiva liberal “pro-elección”. El tema de la obra es mucho más profundo, y va a los cimientos mismos de nuestro sistema moral.

En realidad en algún lugar, algún protagonista se da cuenta, que las reglas surgen en realidad de nosotros mismos, aunque esto tiene también límites muy claros, como va a averiguarlo el jefe de los trabajadores señor Rose, en una lección que le dará su propia hija Rose Rose.

Una ética de situaciones es una ética flexible y mucho mas fácil de seguir que una ética normativa, y que conduce a lugares mucho mas humanos que la falta total de ética.

La obra es un alegato, precisamente a favor de la flexibilidad ética, y los contenidos de la acción humana, por oposición a las formas.

Las inferencias de una ética situacional, no son siempre fáciles de entender, cuando las únicas reglas sobre las cuales tenemos problemas es el reglamento de propiedad de un apartamento de lujo.

Pero cuando entramos en el mundo subdesarrollado, y empezamos a ver las tremendas consecuencias de la falta de ética, el subdesarrollo económico, la corrupción, la separación entre la moral y el derecho, que es uno de los pilares de la educación jurídica que se da a los niños.

Pero hay otra forma de ver la cosas, y esta obra es un poema, que si bien puede no compartirse, no puede ignorarse.

Carlos Aparicio