Competir con el sol
(mayo 2008)
Un mediodía luminoso, en verano, todos los vehículos reglamentariamente con sus luces prendidas. Los alternadores generando energía con el consumo de una parte que usan en su funcionamiento. La flota uruguaya gasta en este rito de la moderna religión del Estado, mas o menos lo mismo que el gasto de combustible de todo el Ministerio del Interior o Salud Pública. Además debe agregarse el cambio de bombillas, gasto adicional de alternadores, y el costo de la obselencia de vehículos con generación a dínamo, que quedan fuera de circulación.
Sin duda el ejemplo mas contundente de norma inútil es aquella que obliga a los automovilistas a andar con las luces prendidas rivalizando con el sol astronómico.
Sin embargo es en estas normas que las oficinas cuidan con mas entusiasmo, ya que, al no servir para nada, dejan claramente de manifiesto la prepotencia reglamentarista del Estado y logran someter con mayor claridad a la población a un estado de obediencia y mansedumbre perpetua.
Esta regla ridícula, esta funcionando en las carreteras nacionales, ya hace unos años, y nadie se sintió obligado a explicar, si sirve para algo, o si con ella se evitó aunque sea un accidente.
El entusiasmo reglamentarista, no solo no derogó la norma nacional, sino que además incitó a los reglamentaristas de la Intendencia de Montevideo, para que complementaran este derroche.
Nadie espere algún argumento racional, ni alguna estadística, ni siquiera algunos testimonios, porque eso, no entra en el juego, estaría en contra de la potencia reglamentarista del Estado e Intendencias.
En cuanto al costo de un auto con las luces prendidas a mediodía es mas o menos el siguiente:
-Luces delanteras 100 vatios c/u (promedio entre 60 y 150 w) total = 200
-Luces traseras 70 vatios c/u 140
-Placa de matrícula 20
-Tablero 20 Consumo total (solo luz) por hora en vatios 380
El automóvil es un productor de energía eléctrica muy ineficiente, comparado por ejemplo con la red eléctrica fija.
Gran parte de la energía de UTE, es producida en centrales hidroeléctricas, sin consumo de combustible, aquella pequeña parte que tiene consumo de combustible usa Fuel Oil, y solo una pequeña parte gas oil. Aún así UTE cobra al usuario final la suma de 3 pesos el kilovatio (1000 vatios).
El automóvil debe contentarse con gas oil, y en la mayoría de los casos con nafta común o especial, con lo cual, el costo de 3 pesos el kilovatio habrá que multiplicarlo por 10, y estimamos en forma conservadora, un costo de 30 pesos el kilovatio producido por el vehículo.
Así un auto que consuma 380 vatios /hora, (hay autos que consumen mas), gasta por hora de funcionamiento solamente en alimentar su red eléctrica 12 pesos, o sea 0.60 dólares.
Si en el Uruguay, existieran 100000 vehículos en funcionamiento, el costo de la ordenanza que obliga a andar de día con las luces encendidas es 60000 dólares por hora, y en 10 horas de jornada laboral seiscientos mil dólares en un día.
En realidad no todos los vehiculos andan las 10 horas de luz diurna, así que si calculamos un promedio de dos horas diarias, el costo de andar con las luces prendidas de la flota uruguaya es de 120000 dólares diarios (ciento veinte mil dólares diarios).
Estamos computando solamente el costo del combustible al hacer producir electricidad a alternadores y dínamos.
Existen otros costos ocultos: en primer lugar todos los autos con dínamo quedan obsoletos, no pueden usarse más, esto incluye modelos como los VW fusca anteriores a 1980; en segundo lugar la duración de batería se acorta sensiblemente; y principalmente bombillas, que tienen elementos incandescentes que suelen quemarse por vibraciones prendidas y apagadas. Además hay que sumar el costo de multas, ya que es impredecible la duración de una bombilla. En los hechos, para evitar la multa, muchos vehículos de marca (pensando en el tráfico nocturno) duplican la cantidad de bombillas y faroles, pero entonces el consumo de producción de energía en combustible pasa a ser el doble del calculado.
Posiblemente el costo diario de llevar de día las luces encendidas para 100000 vehículos llegue en forma conservadora a un 250000 dólares diarios.
Debería aclararse a esta altura, que no es totalmente inútil esta norma de llevar las luces prendidas a plena luz solar. En realidad es además perjudicial: las luces prendidas de día, quitan visibilidad al destellador que anuncia los cambios de senda o intención de doblar; y además, el sistema sobrecargado en el día, principalmente las bombillas incandescentes son susceptibles a fallos, cuando realmente se precisan que es en condiciones de falta de visibilidad de día por mal tiempo o crepusculares, o de noche.
Esta es solo una de las reglamentaciones y leyes sin sentido y arbitrarias que rigen en el Uruguay.
Es más, este tipo de normas, que prosperan ante fuertes condicionamientos educativos de la población se extienden como un manto de estupidez burocrática, impidiendo el desarrollo económico, y moral del país.
Tiene el país alguna defensa contra este tipo de abusos?
Si tiene.
Uno de ellos, se encuentra en el artículo 10 del texto constitucional que dice: “Las acciones privadas de las personas que de ningún modo atacan el orden público ni perjudican a un tercero, están exentas de la autoridad de los magistrados.”
En base a dicha disposición, la justicia se encuentra habilitada para controlar la razonabilidad de los reglamentos, e incluso a declararlos francamente inconstitucionales.
Pero mientras no se decida alguien a presentar juicios por estos motivos, un buen consejo es que, aunque brille el sol: prenda todas las luces que pueda.
Carlos Aparicio